CARTA DE UNA PROFESORA
Autor: Marina. (profesora.luz@mail.com )
Mi respetado señor presidente que emoción al sentir que me dirijo a usted.
Soy una mujer quizás como tantas chilenas que caminan por nuestra patria desesperadas y ya acabadas por algunas personas que se sienten poderosas o dioses por el hecho de ser jefes de alguna sección. soy una profesora de educación general básica, Licenciada en educación muy tarde pude cumplir mi sueño de ser maestra recién a los 44 años con mucho orgullo y sacrificios pude cumplir el sueño de tener mi título universitario, pero sin embargo todo esa alegría de haber cumplido mi sueño nuestro sistema me lo ha destruido , ya que me ha costado mucho conseguir trabajo, aparentemente por mi edad ( 51 ) he vivido de reemplazos estos últimos años, pero este año 2010 ya no me han considerado para nada, me siento muy mal con todo esto, no encuentro trabajo como profesora, ni nada!
Exceptuando que en un nombrado hotel de mi ciudad me consideraron como mucama, pero al solicitar mi Rut revisaron mis deudas en DICON y me dijeron que volviera a postular cuando solucionara mis problemas económicos…
Señor presidente. Estoy consumiéndome de la tristeza al ver que las puertas se me cierran, mi familia la componen mi mamita, la cual tiene una afección a su corazón, mi hija la cual sufre de diabetes y síndrome de Reynold y una nieta la cual sufre de obesidad mórbida, mi familia es pequeña, pero con graves problemas de salud . Yo soy la jefa de hogar, quien mantiene nuestra casa, la que debe traer el pan día a día….
Como toda mujer chilena soy trabajadora y me las ingenio vendiendo café y pan durante toda la noche a las afuera de un consultorio también me ayudo limpiando los autos que van llegando…muchas veces mientras realizo esta labor voy llorando ,no encuentro consuelo, me siento tan sola y sabe lo que más me aniquila es cuando miro a mi familia y saber que les he fallado… y así voy enfrentando el nuevo día me alcanza para comprar el pan y algo para el almuerzo, pero eso no me es suficiente…..
No sient o vergüenza, ni orgullo en pedirle que me ayude, se lo pido por mi familia! Solo necesito un trabajo para sostener mi casa, ya no quiero seguir viviendo de sobresaltos, de cobradores, del fiados de almacén, de cortes de agua y luz…
Gracias por leer mi carta.
Le deseo muchas bendiciones en su gobierno, que Dios lo guie y el espíritu santo lo acompañe querido presidente.
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hector -